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jueves, 13 de febrero de 2025

Iluminando el cielo

* dice mi papá que esta foto es de cuando María Luisa era colegiala. 

 Hasta aquí llegó su paso por la tierra, asegurando haber iluminado el camino con sus ojos claros, sonrisa discreta y voz suave.

"La bulla" me llamó, cuándo empecé a compartir con sus hijas en la adolescencia. Sin embargo la historia juntas data de años antes, cuándo nos dio posada en casa y familia.

La vida pasa por ser agradecidos. Tolobre será el corazoncito de todo. La Enea, dónde nací. Tapahuasca dónde la conocí y San Lucas dónde finalizó sus días.

Esposa de mi tío Julián García (Briceño) y madre de mis primas (tías más bien), me acogió con todas mis locuras con todo el cariño que reflejó por ser hija de Juan. Una relación muy fraternal que había entre ellos. Mami cuenta que ella con menos de 20 años y dos hijos ya (Suyapa y David), en tierra extraña y sin familia sanguínea, fue parte de la familia de tío Julián, su esposa María Luisa e hijos mayores, de quienes se guardan muchas anécdotas infantiles.

Durante el velorio de tío Vicente (Briceño) —1998, San Lucas— me presentaron a mis primas, Wendaly, Karina y Oneyda, desde entonces fui una más en su casa, para todo, incluyendo los XV de la más pequeña, las bodas de las mayores, cumpleaños de los sobrinos, hasta el parto de Monserrat.

San Lucas era una parada obligatoria para ir a saludar a doña Luisa, pues tío Julián partió en 2012. Tata hacía sus vueltas desde Tolobre, La Montañita y San Lucas, para visitar a sus parientes, que ya se han ido.

-Eso de visitar, siempre pensé que era maña heredada de Mamita María, pero creo que Tata también me la transmitió, es genética al 100-

Un mensaje a las 5:10 am del lunes 10 de febrero, 2025, enviado por Oneyda, me avisó la partida terrenal de su mamá. Por cierto son tan parecidas y toda la vida juntas. Con las llamadas diarias saludándose. Algunas noches diciéndole “mami, Sandra está conmigo", y eso le daba tranquilidad. No sé quien cuidaba a quién. 

Me asomé por una ventana y le dije a Tata "se fue doña Luisa", sentí el mismo nudo en la garganta que siento ahora. - "¡vaya! Que Dios la reciba en su seno", expresó Juan, con un bajón de voz, ese mismo que nos hace despedirnos de los seres queridos. 

Se fue rodeada de sus hijos e hijas, de los nietos que disfrutó en la infancia, ahora adolescentes y adultos. De tanta gente que la respetó, la quiso y acompaña a la familia. 

Su cuerpo ya descansa y su alma (cómo el nombre de su Hija mayor) ya es libre, se transformó, voló alto para estar en la eternidad, desde donde hoy, con la hermosa luna llena le pedí que me acompañe e iluminarae mi andar con mochila encima para agarrar viaje... 

Por que la vida es un viaje, no un destino. 

Hasta siempre querida señora.