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jueves, 11 de julio de 2019

La última selfie


Sonreímos sin saber que sería la última vez

Hace dos años, me acosté a su rincón, tenía mucha fiebre, la boca llagada y la voz casi afónica, tal cuál reflejo de su vida, y la negativa de quienes la amamos, a que estuviera enferma.

Unos días antes, probando una aplicación subí a Facebook un video con puras selfies acompañada, ella me reclamó que no aparecía su imagen, y le respondí que no teníamos una selfie, que nos la debíamos. 

El domingo 09 de julio sería la última vez que vendría a casa, de la cual era parte y hace tanta falta, sobretodo los domingos con el sazón de su locura, sus ocurrencias y su amor.

El martes 11 de julio en la noche, mami me enseñó una foto de Enna, estaba con algún tipo de alergia en su pecho derecho, así que llamó a varias hermanas-amigas y nos fuimos a verla o orar por su salud.

¿Realmente era ella? No, no podía ser la mujer fuerte, valiente, bulliciosa... aquella mujer acostada en una gran cama, con la temperatura tan alta que se transmitía al interior de la habitación donde trabajaba.

La vi. No recuerdo haber dicho muchas palabras, me acosté a su rincón, sostuve su mano y lloré en silencio. Mientras las demás personas encomendaban a Dios, su salud.

El 12 de julio, habíamos hecho viaje con mami y otras hermanas-amigas para ir a ver a una tia-abuela paterna, que estaba enferma, pero me dormí, y por 5 minutos el bus me dejó. Así que seguí mi jornada.

En la tarde fui al hospital, en una acción laboral -era miércoles- y allí estaba Glenda, ingresando a Enna. Para mí sorpresa, no era la señal de la mujer de la noche anterior, estaba de pie, sonriente, optimista como siempre.

Nos tomamos la selfie, ella ya en la camilla de hospital, sonriente y haciendo la señal de victoria✌. Esa era mi Guenga, mi hermana, mi amiga, mi prima, mi acompañante, mi pedazo de alma.🥀

Ahora es mi eterna compañera, mi susurro en el silencio, aquella que en las peores crisis dijo: No lloren, yo no me voy a morir, confío en Diosito, en el Sagrado Corazón y en la Virgencita de Suyapa. 

Hace dos años empezó la despedida, con muchas selfies pendientes, con abrazos y regalos para compartirnos en los cumpleaños, con pelearnos para ser las primeras en saludarnos,  ella siempre tuvo lo mejor para mí,  yo solo me quedé con pocas letras que me cuesta escribir 📝 , por qué la amé y en ese amor, nunca la vi quejarse, aun con muchas sondas hasta en el cuello, ella sabía que había un mañana pendiente, hasta el 01 de agosto del 2017, en la madrugada, que se hizo eterna. 

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