Buscar este blog

sábado, 14 de marzo de 2020

92 marzos "Para morir de risa"


A sus 92 marzos

La vida es como se cuenta, y yo cuento parte de la vida como me la cuenta mamita Tila. 


Conversando con mamita Tila
Foto: David Rodríguez 

Ella es Matilde Rodríguez, nació el 14 de marzo de 1928. Para ese entonces en el marco de la depresión económica mundial, la cual en estos pueblos indígenas mesoamericanos es desde siempre. Hija de Juana Rodríguez y nieta de Teodora Rodríguez. Es madre de Juan Rodríguez, y abuela de Sandra Rodríguez (yo).

Mamita Tila creció en un hogar sin padre, porque en enero de 1932, la policía que preparaba la dictadura de Tiburcio Carías Andino, fue hasta su casa en Las Anonitas (Vado Ancho, El Paraíso) a raptarlo para asesinarlo, dejando su cuerpo en el municipio de Duyure (Choluteca). Ese día nació Francisco Rodríguez, mi tio-abuelo que murió en junio de 2017.

Mi bisabuela Juana, con sus pequeños hijos e hijas, entre ellas Mamita Tila de casi 4 años, debió vivir a la sombra de la casa de su madre Teodora. 

El patio de la casa de mi Tatarabuela Teodora, estaba lleno de risas, juegos, travesuras y trabajo infantil. Mamita Tila crecía con pocas oportunidades para ir a la escuela "porque ahí las niñas sólo iban a buscar marido" era el dicho del tiempo. 

Hacía oficio desde la madrugada, cuidaba ganado, iba a la quebrada, cocinaba, costuraba, se enfermaba y veía pasar los años como aquellas nuevas cosas que traía la modernidad, la ropa de costales de manta a pantalones de mezclilla (blue jeans), el primer carro por aquella calle de tierra (que no ha cambiado). Las largas andanzas en busca de comida o visitar a sus parientes. Su primer amor a los 20 años, cuándo nació mi papá, el 8 de marzo de 1949, justo cerrando la dictadura de Carías. 

Mamita Tila, ya era una mujer, rehaciendo su vida una y otra vez, procreando vida desde su vientre, ayudando a otras mujeres a parir, y pariendo ella sola a mitad de camino mientras halaba agua. 

Cada uno de sus 12 hijos e hijas contará la historia con su madre, desde los sentimientos desolados, el criarse con otras familias, los golpes y regaños, la pobreza, la compañía y más cosas que nos hacen marcas en la infancia. Pero, no soy yo quién deba juzgarla, porque yo a quién conozco es a la abuela, a mamita Tila, la mujer que una vez me dijo "si vamos a morirnos, que sea de risa".

La abuela paterna, que viaja de San Pedro a Tolobre, de Los Achiotes a Trojes, de Patuca a Choluteca.

¿Cuando vuelve mamita?

Si ni me he ido, y a saber si vuelva. reponde.

Ella no se aferra a un lugar, ni a las personas, tampoco a la vida, porque cada día es para servir mientras toca estrenar la mortaja que confecciona una y otra vez.

Mamita fumaba Pinares. Aunque en una ocasión la vi enrollar un papel estrasa. De vez en cuando un trago le cae bien. Viste moderadamente sin perder su personalidad, su manos hábiles han hecho el bien.

Siempre los nietas y nietas discutimos sobre quién es o era el favorito de la abuela, la verdad, a mi no me interesa, porque no pueden discutir cuanto amo a mis abuelas (por que mamita María Mejía (+ 9/ene/2019) sigue presente en mí.

Hoy mamita Tila cumple 92 marzos, viviendo su vida como ella lo decide, con mente lúcida, su voz clara, sus pasos titubeantes, si. Apuros, con risas y amor.

Mamita deseo que muramos pero de risa, jamás por dolor o tristeza, por que de lo contrario, no habrá valido la pena vivir.

Sandra Rodríguez Mejía 
14 de marzo de 2020

No hay comentarios:

Publicar un comentario