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domingo, 22 de noviembre de 2020

La herencia de Mamita Tila


Hace unos días compré una planta de ruda, de la que mamita Tila yo nos comíamos una ramita diaria, solo para estar mejor y más buenas.

Después compré una plata de menta, para calmar los dolores y para los licuados de fruta.

Hace unos días algunas mujeres de la casa se enfermaron del estómago, hasta la Sandya comió ruda y dijo "que rico esto". 
Es probable que ustedes, al igual que yo, creíamos que la ruda sólo tenía poderes para el empacho o como un amuleto de la suerte. Pero hace un año, doña Ermiliana me enseñó que cura todo lo estomacal, dolores musculares y hasta relaja. 

Pues, hace unos días mamita Tila se golpeó una mano. Me atreví a sobar a una señora de 92 y pico años de edad, que es sobadora de los miles de males, partera y todo lo que pueda tener de sabiduría ancestral. 

La mezcla fue: ruda, menta, vaselina y alcohol. Y a sobar su mano que parece tan frágil, pero es muy fuerte. Le tronó un dedo, creí que se lo había arrancado. La vendé, y me dijo que las sobadas no son diarias. 

Hoy volví a sobarla, no está hinchada ni morada, buenos signos de que no hay torcedura, fractura ni está descompuesta. 

Al terminar me dijo "muchas gracias, que Dios me le dé sabiduría y que después la busquen para seguir sobando".

Ay, me sentí heredada, oficialmente. Pues sí, a veces se me da por sobar o hacer algún tecito con hojas, es siguiendo una especie de intuición y después cuando busco información es como decir "bingo".


Mamita dice que aún no la quieren en la eternidad. Su cuerpo es pura resistencia, pero se le olvida no tanto la edad que es una cosa cuantificable, sino el paso del tiempo. 

Son mágicas mis mamitas y su descendencia. Mamita María era la encargada de calentar con aceite de gallina a los bebés que agradaban a su familia. Ahora lo hacen tía Estela o mami. Y Suyapa ya saca males de ojo. Jejeje 

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