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viernes, 2 de noviembre de 2018

Belleza artificial

Girasoles de verdad:
Hoy es el día para conmemorar a los fieles difuntos, en mi caso, siempre trato de tener flores para ELLAS las almas de mis ancestras, maestras y hermanas.

Por lo que hoy, viernes, fuí al mercado San Miguel, en el centro de Tegucigalpa, ahí siempre busco a Anabelle, quién con 20 lempiras me aliña, a su gusto (pregunta siempre por el mio) flores de temporada, que luego yo arreglo en una pequeña macetera que adorna mi escritorio. 

Pues ya con el ramito de flores en mano, pregunté por el hermoso gajo de girasoles silvestres, es una sola rama con 17 flores "a usted se lo voy a dar a 20" me dijo. Me tenían encantada, y lo llevé. 

Lo he cargado todo el día, en sus flores, en su color, en su forma, he encontrado el rostro de ellas, de mi Guenga, de Gladys, de Marcos, de Vilma, de Berthita, de Teodora, de Juana, de los bebés no nacidos... 

Sin duda, han encantado a muchas mujeres que se acercaron a ver los girasoles, entre frases como: 
¡Qué bonitas!
¿Dónde las compro?
¿Quién se las dio?
¿Son de verdad?
¿Son naturales?  
o la que me hizo Elías (quién gusta de los Sunflowers) ¿Cuánto le costaron? 

Aún lado, las veces que las tocaron, es que ¿Es imposible que la belleza natural sea perfecta? Y es donde surgen mis preguntas ¿El sistema mercantilista nos acostumbró a una belleza artificial?

Y en la parte humana, será que preferimos lo artificial, los falso, lo imaginario. Creemos que lo bonito es fabricado... Entonces de donde salió la inspiración para hacer las imitaciones...

Y aqui estan mis girasoles, sus girasoles, en una botella fuerte, con agua, que soporte su tamaño y peso, (la botella del B-Sh de Mateo), sé que se van a marchitar, pero es que, así es la vida, y en el campo, allá por el hatillo nacen y crecen otras...

Sandra Rodríguez
02- noviembre-2018 11:09 p.m.

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